La asociación conservacionista ha iniciado una
campaña internacional para evitar que China siga comprando burros en
África, que son destinados para su uso en la medicina tradicional.
La Asociación de Defensa del Borrico, Adebo, enviará al primer
ministro chino Li Keqiang una carta solicitando que acabe con estas
prácticas, que según el presidente de Adebo, Pascual Rovira, están causando la desaparición de decenas de miles de burros en
África. Para Rovira, “se están asesinando cruelmente a estos
animales en toda África para utilizar solo las pieles que las mandan
a China, donde extraen su gelatina que se usa en la medicina
tradicional”.
Esta campaña de recogida de firmas se ha puesto
en marcha a través de Change.org. Pascual Rovira explica alarmado,
que en China prácticamente han desaparecido los burros, por culpa de
estas prácticas, que ha calificado de “supersticiosas”, y desde
hace un tiempo están comprando pieles en distintos países
africanos. De la piel extraen el componente que en china llaman
'ejiao', “que es un remedio en la medicina tradicional para las
personas con pocos glóbulos rojos”, según Rovira, que ha cifrado
en más 80.000 los burros sacrificados el año pasado, “un
auténtico genocido”, ha añadido. “En Bostwana se ha descubierto
una nave con 1.200 pieles, y se están esquilmando poblaciones
enteras de burros, que están siendo aniquilados cruelmente”,
lamenta el presidente de Adebo.
El periodista Eliseo García, colaborador de Adebo
y autor junto al fotógrafo Mondelo de un libro sobre el burro en
España, titulado 'Hermano asno', sobre su cultura, razas, historia y
protección, ha lamentado en un escrito, que el motivo de esta
masacre es el dinero y el tráfico de estos animales. “El burro de
saldo en África es caro en China, donde su principal explotación
comercial consiste en desollarlo para utilizar su piel, como si
fuesen visones, armiños, martas o cualquier otra criatura que sufre
la desventura de tener un pellejo del gusto de los más pudientes”.
“La superstición tiene fuerza arrebatadora y nunca hay que
menospreciarla, sobre todo en un país con casi 1.500 millones de
habitantes. Con que la mitad de ellos confíen en las patrañas de su
medicina tradicional, pueden darse por perdidos los asnos del mundo
entero, igual que esos rinocerontes, tigres, ciervos y tiburones
llevados al borde de la extinción por similar causa”, reflexiona
el periodista.