En las instalaciones de la almazara ruteña Molino Nuevo, se ha
presentado el aceite de oliva virgen extra Conde de Mirasol,
reconocido con la medalla de plata en los recientes Premios Mezquita,
a los que concurrieron más de 200 productores. Se trata de una
apuesta de la familia Gordón, Alfondo Gordón, conde de Mirasol y su
hijo Alfonso Gordón, Barón de Borriol. Un proyecto que comenzó
hace cinco años, eligiendo los mejores frutos, en el momento óptimo,
de la variedad hojiblanca, para conseguir un aceite calidad gourmet.
El presidente de Diputación y alcalde ruteño, Antonio Ruiz, valoró
esta apuesta por un producto de altísima calidad, que habla de la
pasión por el olivar, que es el principal motor económico en la
localidad, donde además, “cada una de estas botellas esconde un
mensaje turístico importantísimo llevando muy alto el nombre de
Rute”.
En este sentido, la diputada de Turismo, Carmen Gómez Navajas,
destacó el “patrimonio sociocultural” del olivar y el aceite
cordobés. El delegado de Cultura, Francisco Alcalde valoró el
esfuerzo de la familia Gordón, por un aceite que irá unido a las
instalaciones de Molino Nuevo, que se quieren aprovechar para
actividades sociales y culturales.
El presidente de la Audiencia Provincial, el ruteño, Francisco de
Paula Sánchez Zamorano, elevó a la categoría de “mito y místico”
el olivar andaluz, de cuyo fruto se obtiene “una ambrosía para el
paladar”. El acto contó con la bendición del aceite, por parte
del párroco ruteño, Juan Carrasco, y de una cata dirigida por
Brígida Jiménez, directora del IFAPA de Cabra. Para obtener un
litro de aceite Conde de Mirasol, hacen falta unas 3.300 aceitunas,
diez kilos de fruto. El maestro coctelero, Antonio Montes, presentó
un cóctel que aúna este aceite con el otro genuino producto ruteño,
como es el anís, en un combinado que además lleva manzana y
melocotón.