La noche del Martes Santo ruteño se llena del sonido sordo de los tambores enlutados que acompañan al Santísimo Cristo de la Misericordia, junto este año al grupo Vocal Lyrica. Una sección de 40 tambores que marca en largo itinerario de esta procesión que inicia su recorrido procesional desde la puerta de la Misericordia de la parroquia de San Francisco de Asís en una estación de penitencia con todo el alumbrado público apagado y que ante las inclemencias del tiempo ha tenido un itinerario acortado por su feligresía.
Se trata de la cofradía más joven de las que procesionan la Semana Santa de Rute, fue fundada en 1981, y en estos 44 años de existencia han tenido una importante evolución que ha hecho consolidar el Martes Santo. Desde 2018, el Cristo de la Misericordia dejó de ser portado directamente por sus hermanos cofrades a salir en trono de 24 costaleros. Entre los momentos más emotivos cabe destacar el recogimiento guardado a la llegada y parada a las puertas de la ermita de San Pedro, donde es recibido con el toque de campana de agonía.