Justo
a la medianoche del Martes Santo completaba su estación de
penitencia la cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia.
Tres horas de procesión de silencio con el alumbrado público
apagado y el ronco sonido de los tambores enlutados, marcan una
procesión que ha representado este 2018 la gran novedad de la Semana
Santa ruteña. Cristo de la Misericordia que por primera vez ha
salido en trono, ya que desde su fundación en 1981 era portado
directamente sobre los hombros de sus hermanos cofrades. La
hermandad ha completado un proyecto iniciado hace tres años con la
adquisición de este trono portado por 24 costaleros y la adquisición
de cuatro ciriales y las dalmáticas de los acólitos.
Un
cambio estético que ha significado también la restauración del
Cristo para su adaptación a la posición vertical, trabajo que ha
realizado por el restaurador Enrique Ortega. La
propia Cofradía tiene una sección de 33 tambores enlutados, que con
un tono sordo y repetitivo acompañan la imagen durante todo el
recorrido, junto con el grupo de música
de capilla Mare Nostrum. También cuenta
con 80 hermanos que visten la túnica de la cofradía portando cirio.
Entre los momentos más emotivos cabe destacar el recogimiento que se
guarda a la llegada y parada a las puertas de la ermita de San Pedro,
donde es recibido con el toque de campana de agonía. La
salida y entrada de su templo o la subida de la calle del Cerro.