El final fue
una foto de grupo, de Fernando Iwasaki y las componentes, mayoría de mujeres,
del club de lectura de la biblioteca municipal de Rute. El escritor peruano,
afincado en Sevilla desde 1989, amigo de la concejala de Cultura, Belén Ramos,
habló de sus inquietudes y motivaciones de escritor. De cómo hechos y anécdotas
que no tienen cabida en los libros de historia, son perfectas para una obra
literaria.
Iwasaki,
demostró con “su magisterio literario e ingenio verbal”, en palabras de la
concejala de Cultura, cómo su propia vida y sus lecturas han ido poblando sus
libros. Porque, como él se definió: “soy un lector que escribe”. Destacó el
papel de las bibliotecas, porque obtener el carné de una biblioteca “es
convertirse en ciudadano”. Confesó ser un lector de libros de papel, los libros
electrónicos son “como la Viagra ,
espero no tener que utilizarlos”.
Aunque Fernando
Iwasaki acudió a Rute para hablar de su volumen ‘Ajuar funerario’, al final lo
hizo de su niñez en Lima, educado por monjas españolas que le enseñaron a
bailar sevillanas y jotas. De sus intentos de convertirse en naturalista,
aunque acabó como historiador. “Y leyendo historia, pude poblar mi cabeza de
historias”. Y así escribir una veintena de libros, de narrativa, historia y
ensayo. Según Iwasaki, hay que remontarse al paleolítico para explicar por qué hay más lectoras que lectores, mientras los hombres iban de caza, ellas se
quedaban observando la naturaleza, y de ahí a la concentración en la lectura. Y
la prueba está en la fotografía de su paso por Rute, junto a una mayoría de
lectoras.